Esta fuerza tan sorprendente que ahora poseía Morihei, comenzó a atraer la atención fuera de los círculos de la Omoto-Kyo.
Además de los militares que vinieron a Ayabe a estudiar con Morihei, un cierto número de atletas vinieron desde Tokyo para retar al "artista marcial nº 1".
Cuando el fuerte Shutaro Nishimura, un miembro del famoso club de judo de la Universidad de Waseda, escuchó a Onisaburo describir a Morihei como el más grande artista marcial vivo, pidió enseguida que se lo presentaran. Al ver a Morihei por vez primera, Nishimura pensó, "¿Es una broma? ¿Cómo puede este campesino de mediana edad ser el hombre más fuerte del Japón?"
Tan pronto como el confiado Nishimura fue hacia Morihei, ante su sorpresa, se encontró en el suelo. Morihei dobló un trozo de papel y lo agitó frente a la cara desconcertada de Nishimura. "¡Cógelo si puedes!" le retó Morihei. No importaba lo rápido que se moviera, Nishimura no podía coger el papel; al contrario, era constantemente lanzado al suelo. Un último ataque con todas sus fuerzas también falló, Nishimura levantó la mirada desde el tatami hacia Morihei que reía, y se preguntó, "¿Puede realmente existir un arte marcial que gane al enemigo con una sonrisa?".
KENJI TOMIKI Y O SENSEI EN 1.933
Nishimura presentó a muchos de sus compañeros judokas a Morihei, incluido a Kenji Tomiki, que habría de ser uno de los principales artistas marciales japoneses.
SENSEI KENJI TOMIKI
Tomiki una vez hizo notar: "Me he enfrentado virtualmente con todos los mejores luchadores de judo y jujutsu en mi carrera, pero ninguno de ellos tenía nada que hacer contra Morihei. El era de lejos y por encima de ellos el mejor, posiblemente el maestro más dotado de todos los tiempos".
La facilidad con la cual los alumnos de Morihei se deshacían de chulos y borrachos ayudó a que la fama se extendiera entre los practicantes de artes marciales. En el otoño de 1925, el distinguido almirante Isamu Takeshita MIEMBRO IMPORTANTE DE LA 黒龍会 kokuryūkai preparó una demostración para Morihei en Tokyo, delante de un selecto grupo de gente influyente.
ALMIRANTE ISAMU TAKESHITA, PRACTICANTE DE AIKIJUJUTSU Y DESCENDIENTE DE LA NOBLEZA IMPERIAL JAPONESA.
Morihei enseñó técnicas de lanza principalmente, y cuando le preguntaron a que escuela pertenecía, replico que su estilo era una "forma natural, desarrollada independientemente".
Uno de los espectadores dijo, "Se dice que, antiguamente, Genba Tawarabashi podía coger y lanzar veinte sacos de arroz con su lanza, en rápida sucesión. ¿Puedes tú hacer lo mismo?". "Veamos", respondió Morihei.
Trajeron veinte sacos de cincuenta kilos al jardín (la demostración tenía lugar en una mansión privada). Los sacos se dividieron en dos montones, uno mirando al este y el otro al oeste.
Morihei alternativamente traspasó la parte alta de los sacos de cada montón, los levantó, y los lanzó, sin perder un solo grano de arroz, en dos montones que miraban hacia el norte y al sur. Después de esta impresionante demostración, el conde Yamamoto, antes primer ministro, pidió a Morihei que diera un cursillo de entrenamiento de veinte días en el palacio de Aoyama para los miembros de la familia imperial y sus guardias.
Yamamoto Gonnohyōe (CONDE),miembro de la Sociedad del Dragón Negro, introdujo a Morihei en la Corte Imperial de Japón.
El curso fue estupendamente la primera semana, pero entonces, algunos funcionarios del gobierno, preocupados de que Morihei fuese un "agente secreto" de la Omoto-Kyo, protestaron. A pesar de que Yamamoto y algunos viejos hombres de estado intercedieron por Morihei, pero este se sintió tan enojado por la falsa acusación que canceló las sesiones que quedaban, y anunció indignado, "Me vuelvo a Ayabe a continuar los cultivos."
Morihei volvió a Ayabe, en la primavera de 1926, el almirante Takeshita lo volvió a convencer para que volviera a Tokyo, asegurándole que no habría "malentendidos". Morihei, no del todo convencido, accedió. Después de su llegada a la capital, se alojó brevemente en la casa de un magnate de los negocios en la sección Yotsuka de Tokyo y después en un pequeño dojo, propiedad de otro potentado, en Shinagawa.
Morihei no se encontraba bien. Un día al caer después del entrenamiento le pareció estar cerca de la muerte. Mientras estaba inconsciente, Morihei experimentó otra visión, esta vez de una encantadora dama con una túnica arco iris cabalgando sobre una tortuga celestial; él interpreto esto como el augurio de un favor divino. Sus médicos pensaban de diferente manera y anunciaron que su estado era terminal.
Aunque, Morihei no tenía cáncer de estomago como se temía, unas ulceras sangrantes y el extremo cansancio hacían que su salud fuera precaria. Onisaburo se encontró con Morihei en Tokyo, y alarmado del mal estado de su leal discípulo, mandó que le enviasen a Ayabe a recuperarse.
Inmediatamente después de hablar con Onisaburo, que estaba bajo constante vigilancia policial, Morihei fue abordado por dos policías de paisano y llevado a comisaria. "Uno de tus discípulos es un radical de extrema derecha", dijeron. "¿Qué sabes de él?" preguntó la policía. "Nada", respondió honestamente Morihei, "no he infringido ninguna ley. ¿Por qué me tratan de esta manera?" Morihei fue puesto en libertad, pero físicamente enfermo y debilitado por el tratamiento tan duro, volvió con su familia a Ayabe. Seis meses más tarde, Takeshita y los demás defensores de Morihei se encontraban de nuevo en Ayabe, hablando con Morihei para que se instalara permanentemente en Tokyo.
Onisaburo le dio su bendición: "El budo será tu yusai, una práctica para manifestar lo divino".
Morihei, determinado a dar el último paso, se llevó a su mujer e hijos en este su tercer viaje. Les aseguraron una bonita casa en la sección de Shiba Shironage en Tokyo, pero Morihei perdió su cartera en algún lugar entre Ayabe y Tokyo, y la familia se quedó sin dinero. Morihei, era demasiado orgulloso para contar a nadie lo sucedido. Por suerte, un amigo se dio cuenta de lo ocurrido y les suministró provisiones suficientes.
Se construyó un dojo provisional en una de las salas de billar remodelada, en la mansión del duque de Shimazu. En un año, la familia fue obligada a trasladarse a unos edificios más grandes en Shiba Mita y después a otro lugar más grande en Shiba Kuruma, cerca del famoso Sangakuji, lugar donde enterraron a los "cuarenta y siete ronin".
Cuando fue evidente que los dojos provisionales, no daban la capacidad suficiente para la multitud de alumnos (la gente tenía que alinearse y esperar su turno para entrar en el tatami), algunos de los defensores ricos de Morihei planearon construir una gran sala de entrenamiento. Compraron terrenos en el distrito de Wakamatsu creando un fondo para la construcción. Mientras el dojo se construía, Morihei y su familia alquilaron una casa en Mejiro, Allí tuvieron lugar dos encuentros memorables.
El primero fue con el general Miura, un héroe de la guerra ruso-japonesa. Miura era famoso por haber abatido a más de cincuenta soldados rusos con su espada de oficial después de haber sido traspasado en el pecho por una bayoneta rusa. Miura había sido también alumno de Sokaku y estaba interesado en descubrir si Morihei era auténtico. Tras un intercambio de buenas palabras, Miura pidió que le hiciera una demostración. Absolutamente impasible, y en su interior alimentando el deseo de humillar al recién llegado Morihei, el general lo atacó con toda su alma. A pesar de su férrea determinación y hábiles artes marciales, Miura, como todos los que se habían enfrentado a Morihei, fue totalmente dominado por Morihei.
Tras pedir disculpas por su comportamiento imprudente le pidió ser admitido como alumno: "Tus técnicas son un mundo aparte de aquellas de la Daito Ryu. Es el auténtico budo. Por favor acéptame como discípulo."
FOTO DE FAMILIA EN LA ESCUELA MILITAR DE TOYAMA, DE AHI DERIBARIA EN TOYAMA BATTO JUTSU ( ESTILO EN EL QUE OSTENTO EL 7 DAN, OTORGADO POR SHIHAN OBATA)
Aunque Morihei pudo controlar al general Miura sin dificultad, este aún se preguntaba como haría para defenderse de un ataque múltiple sin concesiones. Miura preparó todo para una demostración de Morihei que tendría lugar en la academia militar de Toyama. Después de la demostración, Miura informo a Morihei que los cadetes querían que utilizara totalmente su fuerza. "¿De verdad?", dijo Morihei mientras cogía al cadete más cercano por la mano y lo sostenía levantándolo en el aire. Entonces Morihei puso su mano sobre la espalda de Miura y pidió a los cadetes que se pusieran sobre su brazo estirado.
Ocho de ellos lo hicieron, no había sitio para más. Instigados por Miura, los cadetes más vacilones, atacaron a Morihei con bayonetas de madera. Le aconsejaron que se pusiera una armadura de protección, pero se negó. "No será necesario. ¿Me atacareis uno a uno?" "¡Seguro que sí!""Esto es demasiado fácil. En mi budo esperamos que nos ataquen desde todas las direcciones. ¡Atacadme todos a la vez!"
Como dudaban un poco al principio, sólo uno de los cadetes se le acercó. Después de salir volando, los demás perdieron toda reserva y se lanzaron sobre él, encontrándose acto seguido todos ellos en el suelo desconcertados. Jigoro Kano, el fundador del Judo Kodokan, visitó el dojo de Mejiro en el octubre de 1930.
Kano, un cosmopolita, intelectual que hablaba inglés, era en muchos aspectos diametralmente opuesto al místico a la vieja usanza de Morihei pero quedó admirado de sus técnicas. "Este es el budo ideal, el auténtico judo", exclamó Kano después de presenciar la demostración de Morihei.
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